«Pase sin llamar»

Como los cartelitos que ponen en algunas oficinas, te invito a recorrer el blog con toda libertad y a conocerme a través de mis reflexiones cotidianas a la luz de las enseñanzas de la Fe Bahá'í. ¿Tenés un ratito? Vení a relajarte y a leerme, café de por medio. Estaré esperando tus comentarios y reflexiones para conocernos un poco más.
La idea es que en el acto de compartir la luz propia a través de nuestras palabras y convicciones, nos enriquezcamos mutuamente y podamos brillar como verdaderos soles en el mundo de la creación.
¡Bienvenid@!
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sábado, 23 de mayo de 2009

Fredi




Por Rafael Urretabizkaya

Este cuento fue tomado de la revista El Monitor de la Educación, Nº 20 - 5º Época, marzo de 2009, publicada por el Ministerio de Educación de la Nación Argentina.



Cuando en la escuela todos se pusieron contentos porque llegaba el viernes; Fredi, no.

Cuando todos se juntaron el sábado a jugar a la pelota y discutieron a quién le tocaba patear para abajo, a Fredi le dio igual.

Cuando la mamá amenazó el domingo con el baño, fue Fredi y se bañó.

El lunes en la escuela, Fredi miró para el lado de la ventana y para el de las cuentas, pero no pudo tirar ni una mirada para el tercer banco.

El martes pudo, pero con ojos revoleados que le devolvieron una imagen toda tembleque.

El miércoles pudo de nuevo, pero en medio de un ataque de risa y sin que hubiera pasado nada gracioso. Fredi pudo, incluso, pensar en medio del risazo, ¿por qué hago esto? Pero la risa le ganó al pensamiento.

El jueves no pudo otra vez. Quizás fue por lo de la risa del miércoles, o porque no, pelado; nunca se sabrá.

Llegó el viernes y cuando todos se pusieron contentos, Fredi, no.

El sábado volvieron a la canchita. Ya no había puelche*, entonces a todos les daba igual patear para el arco de abajo o el de arriba; a Fredi, también.

El domingo la mamá dijo baño, y le sobraron todas las amenazas y explicaciones porque con esa sola palabra alcanzó para que Fredi se entregara.

El lunes miró para el tercer banco... pero estaba vacío.

El martes no miró, pero supo todo el tiempo que estaba ocupado.

El miércoles miró con ojos revoleados, ¡pero así es imposible!

El jueves arrancó sereno pero otra vez le ganó la risa. La risa dos, sereno cero, parece que pensó.

El viernes, cuando todos se pusieron felices porque por fin llegaba el fin de semana; Fredi, no.

El sábado se quedó en casa jugando a la bolita. Se quedó como la vez que estuvo enfermo, pero estando sano.

El domingo se bañó antes de que se lo pidieran y ahí fue que su mamá aceleró la preocupación.

El lunes su mamá lo acompañó a la escuela y habló con la señorita Rosana, que le dijo: "Tu chico anda muy distraído, además de abstraído, ausente y anónimo, hacelo revisar". Cuando dijo el chico la maestra se refería a Fredi y con todo lo demás quiso decir que andaba en la luna.

El martes la mamá lo llevó al médico y Fredi faltó a la escuela. El doctor le pidió un análisis de materia fecal y otro de orina, que es lo mismo que la caca y el pis pero en otro idioma.

El miércoles fue a la escuela, miró para el tercer banco, pero se puso un libro delante de los ojos como tratando de evitar encandilarse.

Por la tarde hizo caca y pis en dos frasquitos, y llevaron al médico materia fecal orina.

El jueves volvió la risa traicionera, una risa que se mandó sola. Que no pidió permiso, ni perdón, ni chiste; arrancó y chau. La risa tres, pensó, abatido por la goleada.

El viernes todos se pusieron contentos porque era viernes. Fredi, no.

El sábado fue a la canchita pero se quedó a un costado dibujando corazones en el suelo, después se volvió porque tenía ganas de algo que no sabía si era orinar o solamente hacer un poco de pis.

El domingo se juntó la familia: el abuelo, la abuela, todos los de la casa y, además, la tía Julita. Supo que hablaban de él porque le tiraban miradas resbaladizas, y eso que desde siempre lo habían mirado de pechito. "Los frasquitos", pensó.

El lunes fueron al médico.

El médico andaba contento por algo que no se preguntó y no tuvo el deseo de explicar, pero andaba contento. Aunque los frasquitos no se hicieron presentes en el momento de la consulta se notó que habían dicho lo suyo, porque la única vez que fueron nombrados el médico dijo tres no, apretados. Dijo así: nonono. Tres no apretados, en medicina quiere decir nada que ver.

El martes Fredi miró al tercer banco, pero justo desde el tercer banco miraban para la ventana.

El miércoles miró otra vez al tercer banco y desde ahí otra vez miraban para la ventana; entonces, Fredi miró para la ventana.

En esa ventana se forma un alero que cae cerrado contra la pared y Fredi vio lo que miraban desde el banco de atrás. Una parejita de lloicas que habían armado un nido y tenían tres huevitos y todo.

Entonces miró la ventana y después al tercer banco, a ella, a Vanina. Y no tuvo ataque de risa ni ojo revoleado, ni tuvo necesidad de decirle que se había enamorado tanto hasta tener que hacer caca en un frasquito.

Ella le hizo shhh, con un dedo delante de la boca. Como queriendo decir que no dijera lo del nido. Fredi le contestó con una sonrisa como queriendo entender todo lo que él necesitaba, y ahí nomás supo que tenían un nidito y un secreto.

Ese mismo sábado, Fredi volvió a jugar al fútbol en la canchita, no hizo ningún gol pero estuvo contento como si hubiera hecho unos cinco.

El domingo se resistió al baño con todas sus mañas y la mamá, aunque se hizo la empacada, estuvo contenta.

El lunes nacieron los pichones.



*Puelche: viento del este.


Rafael Urretabizkaya nació en Dolores, Buenos Aires, en 1963. Desde hace 25 años vive en el sur de Neuquén, donde trabajó como maestro en distintas comunidades rurales. Hace tres años que es maestro de la Escuela Nª 188 de San Martín de los Andes. rafabzk@smandes.com.ar

miércoles, 22 de abril de 2009

A Los Bahá'ís del Mundo - Mensaje de Ridván 166

Ridván 2009


A los Bahá’ís del Mundo

Queridos amigos bahá’ís:

Hace apenas tres años, presentamos ante el mundo bahá’í el reto de aprovechar el marco de acción que había surgido con tanta claridad al término del último Plan global. La respuesta, como lo esperábamos, fue inmediata. Con gran vigor los amigos en todas partes empezaron a perseguir la meta de establecer programas intensivos de crecimiento en no menos de 1.500 agrupaciones en todo el mundo, y la cifra de dichos programas empezó a crecer enseguida. Pero nadie podía haberse imaginado en aquel momento lo profundo de la transformación que el Señor de las Huestes, en Su sabiduría inescrutable, había previsto para Su comunidad en un espacio de tiempo tan corto. ¡Qué comunidad más segura y resuelta la que celebró sus logros en el punto medio del Plan actual en cuarenta y una conferencias alrededor del mundo! ¡Qué contraste tan extraordinario se pudo apreciar entre su coherencia y energía y el desconcierto y confusión de un mundo atrapado en crisis! Ésta era, de hecho, la comunidad de los bienaventurados a la que Shoghi Effendi se había referido. Era una comunidad consciente de las vastas potencialidades con las que había sido dotada y conocedora del papel que está llamada a desempeñar en la reconstrucción de un mundo quebrantado. Era una comunidad en auge, sujeta a una dura represión en una parte del mundo, mas levantándose como un todo unido sin detenerse ni amedrentarse y aumentando su capacidad para hacer realidad el propósito de Bahá’u’lláh de liberar a la humanidad del yugo de la más dolorosa opresión. Y en los cerca de ochenta mil participantes en las conferencias vimos el surgimiento en la escena histórica de un creyente sumamente seguro de la eficacia de los métodos e instrumentos del Plan y notablemente diestro en su empleo. Cada una de las almas de este inmenso mar fue el testimonio del poder transformador de la Fe. Cada uno fue prueba de la promesa de Bahá’u’lláh de ayudar a todos los que se levanten con desprendimiento y sinceridad a servirle. Cada uno fue un indicio de esa raza de seres, consagrados y valientes, puros y santos, destinada a evolucionar con el paso de generaciones bajo la influencia directa de la Revelación de Bahá’u’lláh. Vimos en ellos los primeros signos del cumplimiento del anhelo que expresamos al comienzo del Plan de que la influencia edificadora de la Fe se expandiera a cientos de miles de personas por medio del proceso de instituto. Todo parece indicar que, al término del período de Ridván, el número de programas intensivos de crecimiento en todo el mundo habrá sobrepasado los 1.000. Qué otra cosa podemos hacer al inicio de la más alegre Festividad que no sea inclinar nuestras cabezas en humildad ante Dios y darle gracias por Su ilimitada generosidad para con la comunidad del Más Grande Nombre.

[firmado: La Casa Universal de Justicia]

martes, 21 de abril de 2009

Mi Cumpleaños Espiritual

21 de abril de 1998, 5.30pm. El sol en la ventana, la gente en las calles, en su propio mundo, y el mundo, girando en sus propios asuntos. Aquí adentro, yo, orando, leyendo una tarjeta, firmando. Viendo la luz por primera vez en mi vida...

Hace once años me declaré como un seguidor de Bahá'u'lláh, comencé a reconocerme a mí mismo como un Bahá'í. Ahora siento que toda mi vida fue algo así como un ensayo, como una preparación para lo que vendría después. Ahora todo cobra sentido: las dificultades, las confusiones, los dolores... Todo lo que me fue formando para ser hoy lo que soy. Y aunque sé que todavía soy imperfecto e inacabado, también sé que estoy en el camino correcto, que todas las decisiones de mi vida no se comparan a la decisión perfecta que tomé hace once años: ordenar mi vida y mis asuntos en armonía con los principios Bahá'ís, esos principios que rescatan y dan felicidad aun en los momentos de mayor dureza.

Soy uno más entre varios millones, y aunque mi luz no es tan potente como algunas verdaderas antorchas que andan iluminando el mundo con sus buenas acciones, esta luz está viva, ardiendo con el calor de la certeza y tratando de crecer y arder con la potencia de mil fuegos.

Gracias Yobanny, Caroline, Ana, Antonio. No sé si llegaron a saberlo o a darse cuenta alguna vez, pero sépanlo: su compañía, sin darme cuenta, me fue acercando cada vez un poco más a mi fuente de vida. Sin saberlo, yo estaba siendo guiado amorosamente por Dios hacia la Revelación de Bahá'u'lláh y ustedes eran los instrumentos que Él estaba usando con Sus propias manos.

Tengo tanta felicidad y siento tanta gratitud a Dios que me dan ganas de abrazar al mundo entero, así que decidí comenzar con ustedes.

¡Gracias!

sábado, 31 de enero de 2009

La Relación de la Fe Bahá'í con el Cristianismo*






Para quienes se criaron en la tradición cristiana es legístimo preguntar cómo se relaciona la Fe Bahá'í con las enseñazanzas de Jesús. La respuesta ha de encontrarse en el mismo Nuevo Testamento. Jesús aclaró que el libro de la revelación no sería cerrado una vez lograda Su misión terrenal y la de Sus seguidores inmediatos. Al contrario, cuando Su permanencia entre los hombres tocaba a su fin, Él dijo: "Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad". (S. Juan XVI, 12, 13)

¿Habría proferido Cristo estas palabras de haber creído que el día de los Profetas había terminado, que una vez que Él fundase Su iglesia no serían necesarios más Profetas? En ese caso, ¿no habría dicho Él simplemente que no aparecerían más Profetas? En lugar de eso, instruyó cuidadosamente a Sus seguidores sobre cómo distinguir al verdadero Profeta del falso: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis". (S. Mateo VII, 15-20)

En verdad, Él indicó frecuentemente a Sus seguidores "velar y orar por la llegada del Señor". Es un deber cristiano dar la bienvenida a todo aquel que manifieste los atributos Divinos o que sea portador de un mensaje Divino, de cualquier forma en que Él venga, pues rechazar al mensajero de Dios es rechazar a Dios. San Pablo nos dice: "Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si hay algo digno de alabanza, en esto pensad". (Fil. IV, 8)Y nuevamente: "No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno". (1 Ts. V, 20, 21) y San Juan escribe: "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios". (1. San Juan IV, 1, 2)

Resulta claro entonces, de un examen de las Escrituras del Nuevo Testamento:

1. Que los cristianos deben esperar el advenimiento de nuevos Profetas, verdaderos y falsos.
2. Que incumbe a todo cristiano examinar la pretensión de todo aquel que se declare profeta, aplicando las pruebas simples pero minuciosas dispuestas por Jesús y San Juan.
3. Que si un Profeta pasa estas pruebas satisfactoriamente y prueba así Su afirmación, es un deber cristiano volverse hacia Él, aceptar Su mensaje y obedecer Sus instrucciones.



* Tomado de "El Mensaje de Bahá'u'lláh", de J. E. Esslemont, Ed. EBILA, 1973.
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